La frase del dia

02 marzo 2009

Zizou y Gatuso












¡Eh, tú, no me molestes ni digas nada, estoy en mi fortaleza!


Cualquiera que lea este titular dirigirá sus pensamientos hacia dos jugadores de fútbol que se distinguieron por unas facetas muy diferentes. Zizou aún está en la memoria de todos por su capacidad para inventar el pase imposible, a veces con posiciones toscas, como la bolea que ensartó en una final de copa de Europa.
Por el contrario, Gatusso, es un jugador italiano ya en el declive de su carrera, cuya característica innata ha sido repartir estopa sobre el contrario, como uno de esos jugadores que cortan el “tempo” del partido con faltas tácticas para que su equipo se posicione y nunca esté en desventaja estratégica.
Sin embargo, con este breve relato no pretendo hacer una disertación sobre fútbol, sino que buscaré el paralelismo entre estas dos celebridades y sus homónimos gatos, esas mascotas que forman parte de mi vida.
Zizou, es blanco, casi albino, elegante, pacífico y vive lleno de cariño y cuidados. No conoce otro mundo que nuestra casa. Como mucho, algunas mañanas, cuando salgo a trabajar, sale al rellano y olisquea las alfombras de mis vecinos mientras espero la llegada del ascensor. Y cuando este efectúa su parada, Zizou da un pequeño saltito para superar nuestro felpudo y entrar en su morada. Si luce el sol le gusta salir a la terraza y otear la calle.
Su vida se limita a comer, dormir y reclamar su agua , no entiende de festividades, para él todos los días son iguales y a las siete de la mañana canta diana. Como ejercicio físico, y cuando le apetece, echa unas carreras por el pasillo detrás de alguna aceituna. Su faceta felina sólo surge si alguna mosca merodea alrededor. Entonces se aplana sobre el suelo dispuesto a saltar sobre la presa que no suele capturar, a no ser que la mosca esté herida y no pueda volar. Si se da esta circunstancia, levanta la testuz para arremeter fiero como un gladiador y con la manita lo empuja esperando alguna reacción.
Habita en una cesta en la que duerme y se siente intocable. Si hace alguna trastada, corre hasta la cesta y se acurruca mientras parece decir con la mirada: “Esta es mi casa, no usurpes mi espacio, no me toques ni digas nada”. Y nosotros respetamos esa supuesta condición.
Gatuso, llegó a nuestras vidas como consecuencia de un desamor primerizo. La pareja se separó y nos lo dejaron porque no podían llevarlo. Es atigrado y vive cuando quiere en nuestra parcela. Esa es su casa. Era urbanita pero muy pronto se adaptó a la vida salvaje del campo. Descubrió el amor gatuno y hoy es el galán de la urbanización. Hasta tal punto es agraciado que más de una vecina me ha dicho: “Este gato es muy guapo









"Esta es mi cara después de la juerga" "Será cuestión de reponer fuerzas, se avecina una noche larga, larga..."
Se hizo con la hegemonía amorosa del territorio tras sufrir las agresiones de otros gatos. Hasta que aprendió a defenderse, marcando su territorio a base de zarpazos fieros. Una tarde llegó derrotado a la parcela, no podía apoyar una mano y tenía una herida encima del ojo diestro. Recuerdo que fue una de esas tardes gélidas que muy de tanto en tanto sufrimos por aquí. Decidí ayudarle y darle cobijo para que se recuperara. Le coloqué sus utensilios de aseo y comida sobre la alfombra de mi garaje. Sólo aguantó dos días encerrado. Como a modo de protesta me dejó un muestrario de excrementos encima de la alfombra. Comprendí que no quería ataduras de ningún tipo porque había descubierto los amoríos furtivos que encontraba en libertad.
Cada tarde subo a verlo y le doy su latita de comida si le veo, pues no siempre acude. Cuando me voy acercando, bajo la ventanilla del coche y grito: ¡¡Gatuso!! Algunas veces aparece corriendo calle abajo igual que si de un perro amaestrado se tratara y avanza a mi lado. Después de comer se acuesta en el sofá. A la hora de salir, él se marcha también en busca de los amoríos que encuentra en la penumbra del bosque próximo a las casas. Sin ninguna duda ese carácter cariñoso y dócil que tiene ha ganado por derecho propio el respeto y el cariño de los que le conocemos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jeee je je je: Vuelve a aparecer el color Blanco, ¿eh Salva?
Demos tiempo al tiempo. Mientrastanto envío una caricia para tu Zizou. (para Gatuso no, que parece muy egoista)
(Paco)

Manuel dijo...

Como Zizou y Gatuso descubran la pareja de ratones, uno casero y el otro campestre, que se esconden en el blog de Félix, pronto desaparecen de tu blog, Salva, para ir a darle el zarpazo a esos Pixie y Dixie zarceños. Y luego ... ¿volverán? o se perderán por esos viejos tejados del pueblo...
Si los gatitos son democráticos se repartirán los ratones: uno para cada uno. Si no sale uno más autoritario, más fuerte, más ágil o más vivo y deje al otro sin su parte. Habrá que estar atentos.

-Manolo-

Anónimo dijo...

Aficionado