La frase del dia

16 agosto 2011

Coletazos de un verano





San Lorenzo 2011 ya es un recuerdo más. Un recuerdo latente porque está vivo aún.
Yo llegaba desde Cataluña con una necesidad inminente: aplacar las altas temperaturas de la costa. La memoria me traía, como deseo inexorable, los paseos nocturnos que iba a realizar por la carretera, paladear el bullidor silencio del pueblo, y sobre todo, el ansiado frescor de la brisa nocturna.
Iniciamos el viaje alrededor de la cuatro de la tarde, con calma y seguridad, siguiendo las pautas recomendadas de descanso. Avistamos las luces doradas de la Zarza cuando el reloj del salpicadero marcaba las 2 de la madrugada.
Al rebasar las primeras casas intentamos mitigar el ruido que podía producir el remolque con la moto encima y optamos por continuar carretera abajo porque el firme es más homogéneo y no encontrariamos baches. El cuerpo ya era victima del cansancio y la cama esperaba a escasa distancia. Gracias a Dios todo había ido bien.


Al girar en la esquina del abrevadero esperaba encontrar la calle desierta. Pero no, un círculo de gente permanecía sentado alrededor de una mesa en plena calle y departía tranquila y amigablemente, como si la hora no les preocupara. Eran mis compañeros lagartos. Simulé que las ganas por llegar me impedían verlos y continúe. Al instante escuchamos sus voces. Detuve el vehículo y nos saludamos efusivamente.
Empezaban las bromas y la fiesta. Tomamos asiento a su lado y nos pusieron al corriente de las novedades. No estaban todos y se notaba en la prudencia del ambiente.
Al día siguiente nos acercamos hasta la casa de Juan Torres y le entregamos un ejemplar de su novela: LOS VICIOS DEL EDÉN.
Fueron instantes para enmarcar. La examinó con rigor y agradeció reiteradamente la labor efectuada por la editorial.
Estaba exultante con la nueva criatura entre sus manos y se notaba que la emoción caminaba por su mente al filo de la navaja.
El pueblo ya presentaba un aspecto festivo. La chiquillería corría ávida de diversión y los autos buscaban la sombra y el acomodo en cualquier rincón.
Actos religiosos, folklore charro, exhibiciones, concursos, teatro, espuma, co midas populares y la bullanga matinal de los pasacalles que sonaron insistentemente, todo en honor del patrón San lorenzo.
En la peña “Los Lagartos” se sucedieron comidas, meriendas y cenas y el esperado desayuno con chocolate y churros calientes.
Aumentó la participación en el desfile y la originalidad volvió de nuevo.


Al finalizar las fiestas los lagartos se reunieron para fomentar iniciativas nuevas con respecto al próximo verano. En principio, con la intención de hacer acopio de ideas hasta Semana Santa. Algunos con la tarea definida para lograr subir el listón de diversión de cara al San Lorenzo 12. Y en ésas estamos.
Hoy ya se nota la ausencia de quienes tuvieron que marchar por imperativos laborales, o bien, por alargar sus vacaciones en otro lugar. Y los que aún estamos en Zarza, tratamos de parar
el tiempo para engañar la realidad que se afana el recordar que nuestra salida no permite demora alguna.






La estación espacial dejó ver su resplandor poco antes de que entrara el nuevo día



Pasacalles matutino

La primada recuperando energía


Ignacio y Angélita (Los jefes)en plena parrillada





Desde Valencia: Paquito chocolatero

Público fiel



Bailongos callejeros



Orquesta de improvisación lagarterana

Preparativos



Silencio, se rueda: ¡acción!



la alegría acude a la llamada





Ya dejamos atrás el convite de Rosa (Gracias, siempre rompe el fuego)



¡Ay Andrés, que el barco zozobra otra vez!


Juan Torres Montes y su obra