Alrededor de cinco horas fue lo que duró el vuelo desde el Prat (Barcelona)
a Arlanda (Estocolmo). Aún tenía
reciente en el recuerdo nuestra visita a los países bálticos y, más o menos,
imaginaba que Estocolmo tendría un gran parecido con Riga, Tallín y Vilna.
No hace falta decir que es la capital de Suecia y que está formada por
14 islas incrustadas en el mar Báltico, que se comunican por una cincuentena de
puentes, aunque no se fijó en mí ese concepto de islas, más bien daba la
sensación de ser un núcleo repleto de agua donde se confunde la dulce del lago
Mälaren con la salada del mar Báltico.El trasiego de barcos, tanto recreativos para turistas en cortos
trayectos, o ferrys de gigantesco tamaño, como embarcaciones de transporte
entre las islas era una panorámica frecuente.
Estocolmo roza el millón de habitantes. Nuestro hotel estaba en la zona que llaman Gamla Stan, cerca del famoso
ayuntamiento (que se construyó donde antes había un molino, pues está cercado
por las aguas del lago Mälaren y es conocido por la entrega de los Nobel. Premios cuyo origen se remonta al año 1895 y debe su nombre a Alfred Nobel, ingeniero,
químico y escritor, creador de armas e inventor de la dinamita). Para la
construcción del ayuntamiento necesitaron doce años y cerca de ocho millones de
ladrillos rojos.
Es “obligada” la visita al Palacio Real y no entraré en detalles porque
el pie de foto de las imágenes es más elocuente que lo que yo pueda
escribir.
Su moneda es la corona y el valor es similar en equivalencia al euro y
como religión se inclinan por la Iglesia Luterana, que se diferencia (a grandes
rasgos) de la católica, porque no acepta la potestad y supremacía del Papa del
Vaticano. No tienen imágenes en las iglesias, pues creen que sólo Dios puede
otorgar la salvación, ni la Virgen ni los Santos tienen ese poder.
Nos acompañó un tiempo apacible y
soleado. Las calles estaban muy limpias y me
dio la impresión de que los suecos eran gente educada y pacífica. Utilizan
mucho la bicicleta como medio de transporte en una ciudad comunicada por una
cincuentena de puentes. No hay diferencia horaria con España.
El desempleo en los jóvenes es de un 20%, y el resto oscila entre el 7%;
el salario mínimo interprofesional pasa de 1.600 (euros). Suecia se encuentra
entre los países con menor corrupción política y mejor calidad del mundo (según,
Datosmacro.com)
Y cerraré esta crónica viajera resaltando lo que más me impactó mientras
estuve en esa ciudad, fue la sorpresa contundente que no esperaba: el buque de
guerra VASA, y que como he escrito antes, el pie de foto en las imágenes aportará
la información más convincente. Y añado que, si tienen ocasión de viajar a
Estocolmo no pasen por alto visitar el museo VASA. Impresiona.
Hasta otra, que espero y deseo no
tarde mucho en llegar si el bicho nos deja en paz.
Entrando en Estocolmo
Puentes para automóviles y trenes
La calle más estrecha de Estocolmo
A la izquierda los grandes almacenes donde se produjo el atentado islamista con un camión, perpetrado por un uzbeko que arrolló a cuatro personas
Carruaje de la exposición en los sotanos del Palacio Real
Aquí fue donde se hundió el buque VASA
Bicicletas por todas partes
Trasera del ayuntamiento con la catedral al fondo
catedral de San Nicolás
Ayuntamiento
Sala azul del ayuntamiento donde se entregan los premios Nobel, abajo a la izquierda está el órgano y lo que se ve a la derecha sobre el techo se encuentran los tubos de sonido.
salón dorado, interior ayuntamiento de Estocolmo
Palacio Real, sus medidas son 120 por 115 y con una altura de tres plantas. Edificio barroco que se levantó sobre una antigua fortaleza. Dispone de 609 habitaciones y el techo está recubierto de cobre. Aquí residía el rey Gustavo II de Suecia y desde su estancia podía ver la construcción del buque VASA.
Capilla del Palacio Real
Campana submarina que utilizaron los buzo para reflotar el VASA
Estatua de un músico con mandolina para recibir a los turistas, al fondo el ayuntamiento con su torre de las tres coronas
Maqueta del buque de guerra VASA, que se hundió el día 10 de Agosto de 1628, como consecuencia del poco calado y el sobrepeso de cañones, que a última hora mandó instalar el rey Gustavo II, a poco más de un kilómetro del muelle. Tenía 69 metros de largo (eslora) y 12 de ancho (manga), cargaba 64 cañones y esa no era la carga decidida al principio de la construcción. El buque arrastraba 1200 toneladas; solo fue necesaria una ligera ráfaga de viento para que se hundiera. Ante tal fracaso el rey mandó cortar el palo mayor para que no sobresaliera en el agua y evitar así el regocijo de los polacos con quien estaba en guerra.
Permaneció sumergido en el fango más de 300 años y en el año 1956 comenzaron a reflotarlo. Los buzos pasaron unos cables de acero por debajo del casco y achicando el agua a medida que salia a la superficie para que no se partiera por el peso, esta maniobra les llevo cinco años de trabajo. Hoy se puede contemplar en el museo que lleva su nombre.
El VASA original en el museo.
Música viva en un bar
Actuación de un grupo en un parque público.
Ceremonia del cambio de guardia en el Palacio Real
En esta ocasión nos habéis llevado a Suecia. Bien, por el viaje, por arrastrarnos hasta allá, visitando con vosotros, todo lo que muestras en las imágenes. "Si una imagen vale más que mil palabras", las muchas imágenes mostradas junto con los vídeos que llevan unos cientos dentro de sí, .. son muchos miles de de palabras que hablan de este maravilloso viaje junto a vosotros. Gracias. -Manolo-
1 comentario:
En esta ocasión nos habéis llevado a Suecia. Bien, por el viaje, por arrastrarnos hasta allá, visitando con vosotros, todo lo que muestras en las imágenes. "Si una imagen vale más que mil palabras", las muchas imágenes mostradas junto con los vídeos que llevan unos cientos dentro de sí, .. son muchos miles de de palabras que hablan de este maravilloso viaje junto a vosotros. Gracias.
-Manolo-
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