"La vida te da sorpresas/sorpresas te la vida, ay". Así cantaba Rubén Blades cuando entonaba la canción Pedro Navaja.
Depende del ánimo, de cada uno de nosotros, las sorpresas adquieren un matiz distinto, pienso yo. ¿Por qué? Quizá porque la vida te arrea azotes que no esperas y eso escuece y deja huella. En cambio, también hay quien le da igual si llueve o calienta el sol porque a todo le encuentra belleza. Creo estar en este último rango.
Es muy probable que te importe un bledo dónde puede estar ubicado quien esto escribe. Sí así es, disculpa, dice una cita en la presentación de mi blog: “escribir es desnudar el alma con palabras”…Habrá que asumir ese riesgo, aunque no sea lo que pretendo. Ya veremos hacia dónde deriva toda esta perorata.
Bien, por estas fechas, se acrecienta la convivencia. De todo tipo, familiar, laboral y compañeros con los que se viven buenos y malos ratos juntos; pero juntos recogemos los frutos.
Y eso se ha producido ahora.
La guardia urbana de Tarragona reconoció el trabajo de tres de mis compañeros entre otros muchos. También el mío, que no lo sería sin la ayuda de Alfredo, Félix, José y Fede. Juanito, Andreu, Juan Antonio y Dioni, entre otros-as. Ellos son los verdaderos artífices del buen trabajo, aunque subiera yo a recoger el papel.
Aparte, en el quehacer cotidiano, hay otros vínculos con trabajadores de otras empresas, que nos ayudan en las tareas y que los años han deparado una excelente y cálida relación: “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”
Acudí a la despedida de un hombre, Luis García, que trabajó muchas veces conmigo, y, muy a su pesar, tuvo que dejarlo por una lesión que le dejaron el esfuerzo y los años.
La empresa para quien trabajaba nos ofreció un surtido variado de tapas mientras la conversación se entrelazaba y los móviles disparan fotografías de la celebración.
Lejos de allí, un amigo quería que su niño aporreara la batería…pero el teléfono indicaba que había que estar al tanto de la guardia.
Me despedí del jubilado y, minutos más tarde, dejé al futuro baterista descubriendo sonidos nuevos y la brillantez de los platos en el movimiento.
A poco más de un centenar estaba el bar dónde esperaba la gente del frontón. Decidí contener la gula y compartir el café. Todos quedaron más que satisfechos del lugar y las fotos aparecieron a última hora. Y con la promesa de volver otro día nos despedimos..
Pero había otros que esperaban, los que no dan la mano en el saludo porque aún no se fían del hombre que les pone agua y comida. Les cambié la morada de residencia y sospecho que no les gusta la casa nueva, porque ni el riego de la manguera consiguió guiarlos. ¿Será por el diseño?
Estos no saben que así es la vida. Gozan de naturaleza plena y absoluta libertad. Ven la hierba con sus flores… los pájaros… las nubes… los árboles… la lluvia... pero la ignorancia es osadía y sólo el tiempo les enseñara el encanto del nuevo hogar.
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4 comentarios:
Este zarceño de Corporario ¿de qué madera estará hecho?... ¿olivo, castaño, roble…? Sea de cual sea, es de buena madera; excelente madera; a la vista está.
Enhorabuena, Salva, por tu distinción-reconocimiento a tu labor bien hecha. La Zarza virtual se alegra de que un colaborador y bloguero suyo lo homenajeen de esta manera.
Sabía de tu distinción y también sabía que no querías comentarlo públicamente. Al pedirte que me enviaras alguna foto del acto, que yo me ocuparía de ello, me ha gustado que lo hayas hecho tú, contado tú, incluyendo imágenes y vídeo del pequeño y simpático batería, con lo que me has ahorrado trabajo; además que yo lo hubiera hecho peor. ENHORABUENA, SALVA !!!!
-Manolo-
El trabajo que se hace con pasión, con responsabilidad y con ánimo de servir a los demás, al colectivo, como es tu caso, y tirando del carro como se suele decir, con compañeros envidiables,tarde o temprano es reconocido y llega la recompensa. Por tanto, amigo Salva, te felicito, porque entre otras cosas, es bueno que cunda tu ejemplo en esta sociedad donde la mediocridad asoma por doquier.
Un abrazo.
Félix
Recibe mi felicitación y un abrazo
(Paco)
Bueno...; tanto como sorpresa, yo creo que no; más bien justicia.
Me parece muy bien los homenajes en vida del homenajeado, porque los que se conceden a título póstumo, carecen de fundamento y realidad: Los premios -los que sean- son para disfrutarlos con los que te rodean.
Disfrútalo, Salva, y, disfrútalo en compañía de las personas que tú consideres que debes compartirlo. La vida es corta pero muy bella y divertida. Comparte ese homenaje con la vida y sé feliz en ella; es a lo máximo que puede aspirar el ser humano, a la felicidad. Vívela con intensidad.
Mi más cordial enhorabuena por el premio, a ti y tus compañeros homenajeados.
Salud y suerte para disfrutarlo
Un abrazo.
Luis
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