A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César

Esta entrada en el blog no tiene nada que ver con viajes, relatos, ocio u otras etiquetas que habitualmente sirven para escribir en "Mi rincón literario".

Desde aquí quiero alentar a la participación en la carrera que se celebrará (verdaderamente es una celebración festiva) en Zarza de Pumareda.

El título de esta entrada creo que se ajusta al acontecimiento: Vicente se merece esa muestra de afecto y reconocimiento por parte de todos sus paisanos y visitantes.

¿Por qué?, será la pregunta que se formularán quiénes no le conocen. Yo les diría que su capacidad de sacrificio, tesón, pundonor, sufrimiento, rayan lo admirable.

Quien esto escribe es practicante de otros deportes en los que también se corre detrás de un aliciente que tiene el placer instantáneo de lograr un punto poniendo la bola donde el adversario no llega, o ver volar la pelotita hasta la pared trasera. Podríamos decir que cualquier deporte tiene su encanto.

Ahora bien, subir puertos como la Covatilla, Anguiru, tal y como lo hace Vicente empujando su silla de ruedas es algo que alcalza la hazaña.

Por esta razón creo que tiene todo el derecho a romper ese dicho popular tan manido: Nadie es profeta en su tierra.

Esta carrera es la primera que se realiza y, por lo que veo en la web, hay gente trabajando para que sea un evento notable.

Correr no correré, no estoy preparado; sin embargo contad conmigo en todo aquello que pueda ayudar. Intentaré hacer fotografías y si el duende del álamo acude escribiremos también.

Entre todos, corredores, espectadores, curiosos y animadores, lograremos darle a Vicente el  regalo que se merece y que no será algo material, sino la entrañable admiración popular.