La frase del dia

02 enero 2011

Crónica de un "Viaje"


Como otros años al llegar la navidad mi mujer y yo estudiamos las posibilidades de un nuevo viaje.
Miramos concienzudamente destinos y tarifas. En el horizonte fluctuaba el conflicto de los controladores y el recuerdo de nuestra escala en Roma y la larga espera hasta coger el vuelo a Barcelona.
También recordábamos la salida de Bucares, con el aeropuerto cubierto de nieve y nosotros ya acomodados en el avión con la incertidumbre de saber si despegábamos o no.
Eso fue la parte oscura del viaje, pero todo era poco si se ponía en la balanza lo que habíamos visto y disfrutado.
Paris, la Costa Azul (Niza), Sicilia, Roma, Egipto, Turquía y Rumanía formaban parte ya de los recuerdos.
Este año mi mujer se inclinó por visitar Laponia y casi estaba convencido para disfrutar del fin de año en aquellas latitudes, sin embargo, el frío que íbamos a encontrar, las obligaciones laborales (No era inconveniente porque tengo unos compañeros que cubrían mi guardia sin ningún problema, pero quién soy yo para fastidiarles las fiestas que quieren disfrutar con absoluta tranquilidad)
Por tanto, el conjunto de circunstancias se alió para que declináramos la posibilidad de salir al extranjero.
No pasa absolutamente nada, aún me quedan varios días pendientes de mis vacaciones que cuando el tiempo mejore nos proporcionarán diferentes alternativas y con las tarifas más asequibles.
De todos modos hubo viaje, no vi montañas nevadas, pero sí muchas estrellitas, te cuento: en el equipo donde juego al frontón y tras una iniciativa de la que soy culpable, acordamos que ahora en invierno iríamos a jugar a partir de la salida del trabajo. El jueves pasado para bajar los turrones y otros excesos propios de estas fiestas decidimos acudir al frontón a las seis de la tarde.
Las parejas eran equilibradas. Mi amigo Nicolás y yo nos batimos contra otros dos amigos, Perroni y Emilio.
Es un placer jugar con la luminaria que tenemos. Hay un contador de luz que se alimenta con una ficha de cuatro euros y los focos permanecen encendidos durante una hora. Antes de apagarse parpadea un piloto rojo que indica el final del plazo. Introduces otra moneda y a seguir sudando y disfrutando.
Ganaron el primer partido. El segundo lo ganamos nosotros y para disputar el tercero optamos por cruzar las parejas, es decir, Emilio y yo contra Nico y Perroni.
Ahí estábamos dale que te pego, ¡tuya!, ¡mía!, en pleno fragor, disfrutando a tope y con unas carreras que alejaban el frío.
¡De pronto! arrastrado por el pique y la provocación que yo le estaba ofreciendo (igual que siempre en el sentido más sano de la expresión, porque un partido sin tensión es aburrido y monótono), el amigo Nico, que estaba a poco menos de dos metros por detrás de mi, quiso ajustar tanto para sorprendernos por lo bajo que su bola vino como un obús y se me clavó en el ojo.
El dolor era insufrible, juré en arameo y recordé a un compañero que dos años atrás perdió el ojo en una jugada similar.
Me tapé la cara y aguanté, pidiendo a mis compañeros que me dejaran en paz, una vez el dolor aminoró, retiré la mano que me tapaba el ojo dañado y les dije: “No pasa nada, estoy bien, podemos seguir”. Entonces ellos vieron que salía un poco de sangre y me lavaron el ojo con agua muy fría.
“Es mejor que vayamos al hospital, puedes tener daño dentro” Me tapé el ojo bueno y la cancha parecía que se había llenado de humo. Comencé a preocuparme.
Lo demás ya lo podéis imaginar. El agresor me acompañó al hospital, me pidió encarecidamente perdón, no hacía falta porque fue un percance sin intención de causar daño. Espera en la sala de urgencias, llamada a la familia para tranquilizar, que no sirvió de nada porque acudieron al hospital.
Serían las once y media de la noche cuando llegué a casa con el ojo amoratado y gordito.
Mi hija mayor Laura me dijo: “Es hora de que te lo pienses, siempre vienes rascado”. Son gajes del oficio, respondí y añadí: “A partir de ahora me pondré siempre las gafas”.
Seguiremos jugando y disfrutando porque una flor no hace verano. Es evidente que este viaje no ha proporcionado fotos, cuya foto del hecho quedaría bien para ilustrar cualquier archivo de violencia de genero con el ojo amoratado, que no es el caso. Salva

3 comentarios:

Manuel dijo...

Lo primero. ¿Cómo está tu ojo?. Se dice que allí donde uno se encuentra, está el peligro. Ya ves, huías de la nieve de Laponia, las huelgas, etc. y mira por donde y de dónde vino la pelotita.
Espero que estés recuperado.
Si es que somos tan fuertes y débiles a la vez...
La foto ilustra bien el viaje a las estrellas, pues verías cantidad tras el golpe.
Titulas bien tu crónica. Menudo "viaje", para el que no necesitaste alforjas, digo maleta.
FELIZ AÑO Y FELICES VIAJES (rutas)
-Manolo--

Anónimo dijo...

Amigo, bien sabes que en todo viaje quedan recuerdos y, este no iba a ser diferente. Hay viajes al espacio, al infinito, de trabajo, por mar, de placer... El viaje amargo te lo llevaste tú y el de placer fue mío; después de la primera inspección en urgencias y de que solamente quedara en un susto al comunicarnos que era un golpe no importante. Harta esa hora, las 23,55h, no sé si se me notaba en la cara, pero yo por dentro me sentía algo así como acojonadito, bien sería por antecedentes o por que en el momento del impacto –algo lógico al ser una zona muy sensible- te llevabas las manos a la cara y con viva voz decía: ¡ dejadme, dejadme! con las raquetas por el suelo. ¡Menudo susto nos llevamos todos!
Felizmente, gracias a Dios y pasados unos días dabas cuenta de que eres hombre duro y rocoso, salmantino como esos toros que corrías allá por las calles de tu pueblo.
Nada compi, que habrá que tomar en consideración y hacer caso a tu hija Laura, rebajar la tensión para no volver a casa con señales de guerra. No nos damos cuenta, pero los 18 años los cumplimos...cha te pa lla.Sorry, NICO:

Anónimo dijo...

Como bien dice Nico, llevas la hebra de hombre duro y rocoso,ya lo sabia,pero cudadin,cuidadin con el impetu,hay que aflojar un poco la marcha y sobre todo ,no arriesgar tanto,aunque está claro que un accidente puede ocurrir en cualquier lugar.Celebro que todo se haya quedado en un susto.Parece que el destino va por ojos;yo voy recuperándome lentamente del mio,quizás porque no tengo esa hebra tuya.Un abrazo.Félix