La frase del dia

22 febrero 2020

San Blas 2020, y las "Lágrimas de chocolate"


Hay momentos en la vida en los que uno ha de recoger el deseo de aquellos que quieres y que la vida impidió realizar porque Dios los llevó a un lugar mejor. Y me refiero a mis padres.
   A ellos les hacía ilusión ser mayordomos de san Blas y sentí que tenía que hacerlo ahora que puedo. 
  El año pasado bajé al pueblo y expuse mi deseo al sacerdote Alberto y él me remitió a Inés, esa buena mujer que pese a sus noventa años aún tiene energía y lucidez para llevar el control y ayudar en asuntos de la parroquia junto a otras mujeres de "juventud acumulada", como mi tía Nicanora (ésta ha sido quién guío mis pasos para que la tarea saliera bien en mis obligaciones como mayordomo).
  Para que todo marchara de manera correcta, acudimos una semana antes y así poder ultimar los preparativos. En Tarragona gozábamos de un tiempo casi primaveral el día de la partida, pero a medida que cruzábamos con rumbo a Corporario, hubo tramos de niebla espesa y lluvia que no aminoraron la ilusión y alegría por lo que esperábamos disfrutar. Esa semana hizo frío.
   Tengo los recuerdos preñados de la nostalgia infantil, de aquel san Blas con nevadas, sol, o lluvia. Recuerdo la caramelera que se situaba nada más entrar en la plaza. Allí, con el poco dinero que yo tenía, compraba alguna golosina o el turrón que cortaba la señora con un hacha y, si quedaba alguna peseta, era el no va más comprar una tira de mistos explosivos que venían en una tira de papel semejante al teclado de un piano como si las notas fueran "lágrimas de chocolate".
   Entonces la fiesta se celebraba el día 3 de febrero y daba igual en qué día de la semana cayera. Actualmente se concentra en el sábado para que puedan acudir familiares, vecinos y foráneos a la llamada del patrón.   
   San Blas quiso aportar un día templado y agradable. El tamborilero de Aldeadávila, Esteban, realizo un pasacalles matinal para introducirnos en la festividad y nos acompañó hasta la iglesia donde interpretó un tema durante el ofertorio.  
   Una alfombra roja se extendía por el pasillo central desde la puerta hasta el altar y san Blas “flotaba” entre flores que las mujeres con sabía maestría distribuyeron a los pies de la estatua.       
  Hubo pleno de feligreses durante la misa. Se llevó a cabo la bendición de las 300 gargantillas y allí mismo me anudaron una en el cuello. (Según he leído hay que retirarlas el miércoles de ceniza, pero yo la llevo más tiempo, hasta que pierde su aspecto de cinta y pasa a dar forma a una cuerda y es entonces cuando termina su ciclo).
   Se celebró la procesión y mi tío Manolo hizo repicar las campanas. Un operario del ayuntamiento lanzó los cohetes mientras la charanga amenizaba la marcha al compás de los portadores del patrón (mis primos Nandi, Paco, David, Pepe y mi amigo Vicente), y el ondear de los pendones que manejaban mis cuñados José y Fernando. Tres niñas guiaron el estandarte (que me disculpen porque no recuerdo sus nombres). También quiero dar las gracias a mis primas Mari José y Marian como portadoras de las ofrendas el día 3. No sería justo que dejara en el olvido a José Manuel Carretero como portador de la cruz cuya misión requiere de un esfuerzo considerable. 
   La corporación municipal nos acompañó y obsequió con convite al finalizar la procesión y después un arroz que servían las mujeres (creo que del Centro de Mayores), ayudadas por los operarios del Ayuntamiento. Una vaquilla de cuerno gacho desafió a los valientes en la tarde. La noche nos embarcó hacia la madrugada con los acordes de la orquesta que amenizaba la verbena al abrigo de la carpa. 
  Termino este relato porque las imágenes puedan dar una visión más amplia de los que puedan aportar mis palabras.
  En cualquier caso, pido disculpas si olvido mencionar a alguno-a más. Muchas gracias a todos, a las personas que me asesoraron y a los que nos honraron con su presencia. 
   Ya de vuelta a Tarragona iniciamos la maravillosa rutina con mi perra Sasa y ese ser hermoso y simpático que ha venido hace tres meses a este mundo, mi nieto Nacho, para llenarme de fuerza ante nuevos proyectos con la esperanza de que un día esté orgulloso de su abuelo. Por esto y por lo descrito:  

¡¡¡GRACIAS PAISANOS!!!  
Todo por ellos

Bendición de las gargantillas

José Antonio y Fernando con los pendones

Nandi, Paco y Vicente, más allá David

Las niñas con el estandarte

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Procesión

Convite familiar

                  Mi Sasa esta vez quedó subcampeona, siempre no se puede ganar.