La frase del dia

16 marzo 2012

CALÇOTADA FRONTENIS NASTIC

----------------------Distribuyendo los calços sobre el somier-parrilla---------------
--------------------- Prendiendo la leña, retamas y tablas de palets---------------------
----------------------------Llegó el momento de la verdad--------------------------------
---------------El amigo Perroni, el de la perilla, nos preparó unas alcachofas -----
Y como la vida sigue y no hay mal que cien años dure, los compañeros de frontón decidieron que era el momento adecuado para disfrutar de la calçotada de la temporada
El sábado, sobre las once treinta, se presentó en la parcela el compañero Marcos con todos los calços, 200, ni uno más ni uno menos.
Dejamos las bebidas y la carne en el frigorífico y cuchillo en mano nos dispusimos a cortar los "rabos" de los calços.
Suelen venir empaquetados en manojos de veinticinco unidades y atados con gomas o cuerdas.
La experiencia me enseñó a cortar unos diez centímetros de las hojas verdes que sobresalen. Pongo un cartón debajo para no lastimar el cuchillo sobre el mármol y de un tajo corto los veinticinco. Después los separamos y cortamos las raices que cuelgan del tronco blanco, lo que se come.
Los compañeros fueron llegando, los impacientes se fueron al bar, de todo tiene que haber y cada cuál ya tiene asumido su rol.
Ese escaqueo no les libera de trabajar después al asarlos, poner los manteles, las sillas, etc, etc.
El ambiente era como siempre, fraternal y campechano, con muchas ganas de bromear y provocar la risa.
A un servidor le tocó mantener el fuego, procuré que la llama fuese uniforme y no muy potente, con poco más de un palmo es suficiente y así se evita abrasar las cebollas.
La tradición sugiere asarlos con sarmientos, que en nuestra tierra llamamos vides. Cuando la llama va adquiriendo fuerza se coloca la parrilla con los calços encima, con los troncos hacia el centro de modo que las hojas sufran menos el calor de la llama.
Hay quien utiliza parrillas en las que caben unos cincuenta. Otros prefieren introducir un alambre por el tronco de los calços, como si hicienen un collar gigante que situan a su vez sobre una parrilla.
En nuestro caso, utilizamos un somier que se deja sobre el fuego durante unos instantes para purificarlo. De este modo caben 150 y luego con las brasas que quedan se hace la carne sobre la parrilla habitual.
En cuanto el fuego comenzó a flamear todo el mundo arrimó el hombro y una vez asados se
guardan en una caja o cubo, siempre envueltos en pequeños paquetes forrados con hojas de periódico para mantener el calor.
Nos acomodamos para comerlos de pie y tastar la salsa que elaboró la mujer de un compañero, estaba exquisita.
Podríamos decir que en la salsa está gran parte del éxito o fracaso de la calçotada. ¿Qué lleva, cómo se condimenta?, pues almendras tomates, ñoras, aceite y avellanas.
Claro está, no ha de ser muy sólida porque el calcçot resbalará al untarlo, es preferible licuosa para que impregne bien.
Para comerlo una mano lo sujeta por las hojas verdes y la otra estira del centro, más o menos por donde termina el tronco blanco. Al tirar salen las primeras capas arrastrando alguna hoja verde también. Humeante y blanco se unta en la salsa y pa dentro, con cuidado de no quemarse, pero sin dejar que se enfríen.
Termoinados los calços retiramos los restos e hicimos la parrilada de carne de cordero. De postre unas naranjas y pasteles acompañando el café.
El día se presentó soleado y el buen humor se propagó en desafíos, bravatas para próximos partidos.
Hubo debate sobre quién era el mejor zaguero, también el mejor delantero y a quién escribe le hicieron cantar flamenco por ser de la tierra de Farina. Y allí se destrozó Salamanca tierra mía, (Horroroso, menos mal que no entienden y el vino les enturbiaba el buen gusto)
Hubo un momento emotivo cuando Marcos pronunció unas palabras que originaronn un efusivo y sincero aplauso dedicado a mis hijas.
Y es que amigo blogueros, aunque no lo parezca con los tiempos que corren, aún queda y quedará gente con loables sentimientos. Esos de verdad que están al alcance de la mano y no siempre se saben valorar.

04 marzo 2012

NUNCA OS PERDONARÉ

Mi estado anímico durante estas fechas está en el punto más bajo. Creo haber sido siempre una persona optimista y fuerte porque veía el futuro con ilusión y esa ilusión me empujaba al esfuerzo y a lograr pequeños objetivos en mi porvenir.
Nací en un pueblo humilde de Castilla, con muy pocos años alterné escuela y labores en el campo.
Aquel que no sepa cuál es el pueblo más bonito de España le diré que se llama Corporario.

Para estudiar tuve que marchar lejos a otra ciudad. Solo. Mis compañeros de internado religioso lloraban, mas yo jamás solté una lágrima porque recordaba que en mi casa la vida era mucho más dura.
Al cumplir la mayoría de edad emigré a Cataluña y aquellos primeros años de infancia y posterior adolescencia, más el ejemplo de mis padres con su generosidad ante el esfuerzo, se erigieron como base de mi actividad laboral.
Aqui está mi otra compañera mientras las fuerzas lo permitan. Se nota que cené bien.

Actividad que alterné como músico en un grupo de verbenas allá por los años 80. Fueron muchas noches de sueño por carreteras desconocidas, de esperar dormido en el coche con el cuerpo reventado, confiando en que mis compañeros me despertaran al verme en el aparcamiento del trabajo. ¡Que sana envidia me daba verlos bien peinados y con la cara tersa!
Llevo más de treinta años en la misma empresa, a la que entregué y entregaré cuanto pueda. Soy el responsable de un equipo de trabajo y con ellos he sufrido en sus desgracias y he reído con sus anécdotas.
Momentos que se anclan en los recuerdos

Siempre he tenido en mente que todos no tenemos la misma capacidad de inteligencia, destreza, sufrimiento y arrojo, pero por encima de todo, somos personas con sentimientos y con una familia detrás, que, en muchas ocasiones, no es culpable de tener el calavera que Dios le dio por padre.
En definitiva, todos tenemos una parte buena, tanto en lo laboral como en lo humano, y es obligación del responsable canalizarla y desarrollarla.
Estoy casado con una gran mujer y Dios me dio dos hijas de las que me siento muy orgulloso.
Ellas han seguido esa estela familiar y lograron sendas carreras universitarias alternando estudios y trabajo.
Yo quería que se dedicaran únicamente a estudiar, pero esas reminiscencias de sus abuelos les infundieron un amor propio del que me siento muy dichoso.
AHORA ME DICEN QUE SE VAN porque en este país no hay futuro: "No podemos contratarte porque con tus estudios tendrás otras aspiraciones". Esa respuesta era habitual al terminar las entrevistas.
Usureros ambiciosos y cobardes ignorantes con poder, que trepan en la sociedad dejando cadáveres por el camino, son los que hacen un daño irreparable. Por eso este país va a la deriva.
No odio, porque la vida me enseñó que ese sentimiento le roba tiempo a las cosas buenas. Sin embargo, siento pena por estos ineptos dirigentes políticos que tenemos al frente, y me da igual el color o la tendencia. Todavía estoy esperando que brote en alguno un atisbo de dignidad y rompa con todos esos privilegios que ellos mismo se han auto concedido.
Mi ideal de país sería aquel en el que las personas válidas, con una capacidad contrastada en la actividad empresarial, trabajaran para el conjunto de la sociedad, sin más privilegios ni más salario que el que percibía antes de trabajar para los demás.
Y no como ahora, que- salvo algún raro ejemplo- utilizan la política para lograr un buen salario.
Nos dicen para justificar los ajustes”: HEMOS GASTADO MUCHO". ¿Quién ha gastado mucho? ¿Nosotros? En nuestros hogares nuestras mujeres son las mejores directoras financieras del país y nunca rebasan el presupuesto con el que cuentan.
Resulta que las autonomías se han endeudado. Pues muy bien, eso sucede por el incompetente que adjudicó obras sin ton y son porque ya pagará el que venga detrás. (y no quiero pensar mal de lo que se pierde por el camino)
Pues no, señor fiscal general, aquí cabe una auditoria exhaustiva, y, si el susodicho dirigente estiró más el brazo que la manga que pague por ello, pues sus honorarios rebasaron en mucho los del mejor profesional del ramo.
¿Cómo nos va a ir, si ponen de jefe del ejército a una señora que en su puñetera vida disparó con una carabina?, ¿Acaso no hay militares honestos para ese cargo?

Arriba del todo, dónde se cuecen las decisiones ha de haber profesionales, no políticos envilecidos por el poder. ¿No os dais cuenta de que hace más de treinta años que siempre vemos las mismas caras?, Por algo será.
Me gustaría saber cuál es la razón que frena la actividad empresarial en España. ¿Los trabajadores? No lo creo.

Más bien será la corruptela y falta de crédito y seriedad política lo que les espanta. El trabajador es como un grano en un desierto de arena porque las empresas tienen sicarios para hacer mobbing o mezquindades parecidas a quién les convenga.

¿Y la banca?, ¿Dónde está su profesionalidad, su buena asesoría?: "Mire señor, ya que compra el piso, aumentamos el crédito tres millones más y cambia el coche también, ya ve señor cómo nuestro banco se preocupa por usted", ¿Os suenan estas palabras en la voz de alguno de vuestros compañeros?
Mientras no haya mecanismos gubernamentales que acaben con los paraísos fiscales siempre existirán sanguijuelas dispuestas a perpetuar su riqueza por los siglos de los siglos a todas sus generaciones venideras.
Ahora nos cae toda esa mierda encima, aumentan nuestros impuestos para paliar sus errores. Mientras ellos siguen cobrando varios sueldos, consejero de no sé que, portavoz de, vocal de, etc, etc.
Rompen nuestras familias con los daños colaterales que conlleva al dejar a su parejas aquí; destrozan un hermoso país por culpa de su ciega incompetencia.
Como dije más arriba, "señores políticos":no os os odio porque no anida en mi ese sentimiento. Sin embargo, quiero que sepáis que os detesto con todas mis fuerzas por vuestra inutilidad y que jamás os perdonaré haber obligado a mis hijas a comenzar desde cero en un país extrangero.