La frase del dia

29 septiembre 2011

SANTA TECLA 2011












Pasó el 23 de Septiembre, festividad de Santa Tecla, patrona de Tarragona. Mediante este relato trataré de hacer un breve esbozo de los hechos más representativos.
Podríamos decir que “Els Castells” – castillos o torres humanas- se erigen como el mayor reclamo y festejo popular.
En Tarragona existen cuatro “Collas”, que en Salamanca llamaríamos peñas o cuadrillas, formadas por ciudadanos, todos tienen cabida y no hay límite o condición de edad.
El vestuario de estas collas es el hecho que las diferencia. Visten con camisa, faja y pantalón de payés (labrador). Indumentaria que portaban los viejos pescadores y también los agricultores en el pasado.
Evidentemente, cada colla tiene un color diferente aunque presente el mismo patrón en el diseño.
Conseguir que esas torres humanas ganen altura no es tarea fácil. Para lograrlo necesitan entreno durante todo el año.

Supongo que no acudirán siempre todos los componentes de la colla, pues algunas llegan a cuatrocientos afiliados. Afiliados que ni pagan ni cobran. Imagino que cuando realizan exhibiciones en otras ciudades y también en el extranjero sí cobrarán su cachet.
Como espectáculo, impresiona ver cómo las torres van ganado altura y, a veces, cuando flaquea la estructura humana y se derrumba, los golpes son tremendos y producen lesiones, tanto a los que caen como a los que forman la piña o base de la torre. No soy un experto en el tema pero creo que el máximo logro conseguido ha sido formar una torre de nueve estratos y cinco de aro.
El día 24, festividad de la Merced, es decir, un día después de Santa Tecla, las cuatro collas compiten en un acto muy emotivo. Levantan un pilar de cuatro personas de altura. Suben y bajan los veinte escalones que llevan hasta la puerta de la catedral, bajan por la calle Mayor enfervorizados y animados por el público, cruzan por la plaza de la Fuente que termina en la fachada del Ayuntamiento. Aquí el gentío es abrumador y los aplausos silencian el dolor del esfuerzo, que alcanza su punto culminante cuando el alcalde lanza la faja(imprescindible en la indumentaria castellera porque evita lesiones lumbares y renales) desde el balcón del ayuntamiento, sin soltar un extremo y el Xaneta (niño que corona la torre) es izado hasta el balcón, es en ese momento cuando la plaza rompe entusiasmada y emocionada.
Claro está, no siempre se consigue este logro, pues, rondarán los quinientos metros de sufrimiento que tiene el trayecto. Imagina, amigo lector-a, que te ponen cuatro personas encima de los hombros y has de caminar ese trecho. Debe de ser agobiante la sensación de asfixia y el dolor de quién soporta la torre, requiere tener unas condiciones físicas especiales y una capacidad encomiable de sufrimiento.
También es importante el gran número de grupos folclóricos que participan en los pasacalles y acompañan la reliquia de Santa Tecla (el brazo).
La mayoría de estos grupos tienen su origen en la época medieval y han pasado por vicisitudes que les hicieron desaparecer. Sirva como referencia: la peste; la guerra del francés o guerra de la independencia, que asoló la ciudad y la dejó con menos de 3.000 habitantes.
Desde el año 1.387 se tienen referencias históricas sobre la existencia del Ball de Diables, que representa la lucha del arcángel contra el diablo. Esta función era representada por el gremio de los tejedores del lino desde el 1514 hasta 1804. Luego lo hicieron los del gremio de boteros hasta que desapareció. Se recuperó en 1886.
Durante su representación se encienden tracas y fuegos artificiales y la juventud corre delante evitando que el fuego la alcance.
El fuego está presente como elemento festivo en un extenso grupo de animales, unos mitológicos, otros de ámbito religioso, ambos tienen su origen en el siglo XV y son llevados por gremios y cofradías.
Existe otro grupo de animales mitológicos que nada tienen que ver con el fuego, por ejemplo: el Águila (signo que distingue a las ciudades Reales). El León, la Cucafera(cucaracha) que representa a las fuerzas del mal(ahora reparte caramelos entre los niños).
Colaboran en la festividad los grupos de baile, Bastoners , danzan al ritmo del choque de los bastones y de los cascabeles con que se adornan sus piernas y brazos. Sería muy extenso enumerar la cantidad de grupos de baile folclóricos que animan las fiestas.
Por eso rara es la familia que no tenga algún participante dentro de los grupos o actos de Santa Tecla.
Para los que somos castellanos de pura cepa, se nos hace muy difícil calibrar el verdadero sentido a todo lo que he expuesto arriba. Hemos vivido y disfrutado otras costumbres desde la infancia y eso marca. Además, el trabajo no para, es muy difícil estar en las verbenas y demás actos y levantarte a las siete al sonar el despertador.
Este año mi familia fue al concierto de Raphael (el
de “Yo soy aquel”) y otro día fuimos a escuchar un recital de fados, una de mis debilidades musicales.
No voy a pasar por alto el torneo de Frontenis de Santa Tecla, que esta vez sí, se lo llevó uno que vosotros ya conocéis. Algo es algo, digo yo. Salva



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18 septiembre 2011

La inteligencia se ve en los ojos (Salvador Hernández)

Salvador, un prodigio de memoria y reflejos mentales.



Por treinta pesetas adquirió ese traje. Un tipo elegante




Una mañana de este Agosto pasado, después de las fiestas de San Lorenzo 2011, acudí a casa de mi tío Salvador. No era la primera vez que lo hacía. En visitas de años anteriores solía contarme episodios sufridos por él en la guerra civil. Esa mañana fue diferente, logró emocionarme y emocionarse.
Previamente había consultado la posibilidad de darle forma a través de un relato. Todo fueron facilidades porque el protagonista creía tener pendiente una cuenta conmigo, de tal modo que, había mandado recados a los familiares para que me aclarasen la duda que le preocupaba.
Con premisas tan evidentes todo se me ponía de dulce. Mi familia subió a Salamanca. Llevé varios folios y cuando cruzaba el frontón me sentí un poco incómodo, pensaba que Salvador seguramente estaría esperando. No me equivoqué en mis suposiciones.
Crucé el jardín y vi que la puerta estaba entreabierta. ¡Hola! Grite. Nadie respondió. Al entrar, la habitación tenía una discreta y cómoda claridad que trasmitía el frescor que en la calle el sol ahogaba.
Salvador esperaba cómodamente sentado en un sillón rojo. Filo, mi tía, dormía apoyada sobre el brazo del butacón, que estaba unido al de Salvador.


Los besé y Salvador me comentó cómo iban los achaques.
(Cuando ya han pasado de largo los noventa es un privilegio el hecho de poder contarlo. Y Salvador tiene una agilidad mental y una memoria que se escapa de la normalidad)
“Yo quería ser militar. Tenía un primo, Francisco, que era Brigada del ejército en Tarrasa (Barcelona). Dejé el campo y en tren me encaminé a Tarrasa. A los dieciocho días después de mi ingreso en el cuartel estalló la guerra civil. Ya ves qué panorama me esperaba”
Salvador se agita en el sillón, limpia una y otra vez la comisura de los labios con un pañuelo. La televisión está apagada y la tía Feli permanece quieta con la cabeza junto al brazo de Salvador. Éste observa cómo escribo. Le miro, tiene la piel blanca y los ojos que se ayudan del sonido para orientarse. En la calle no se oye nada.
-Salvador ¿me ves?
- El bulto... ya no veo.
Alzo un brazo y le pregunto: ¿Qué mano tengo levantada?
- La izquierda.
- ¿Y ahora?
- La derecha.
Me dispongo a tomar notas sin perder nada, mas Salvador se explaya en los parentescos como si yo los conociese.


“Ya hacía un año que había salido de la Zarza y tenía como compañero en el dormitorio a un comisario político. Fue el responsable de que de que me nombraran cabo del ejército republicano”
“Estuve en muchos frentes, Fornillos, Jaca, Barbastro, Quinto de Ebro, Sástago, por dónde pasa el Ebro, Caspe, Alcañiz, etc. Un día estábamos dentro de un búnker, yo llevaba una ametralladora, primero la checa, que tenía el cañón como de plástico y se calentaba; después tuve la metálica”

Salvador perdió por momentos el recuerdo del suceso que me quería contar, casi al instante retoma el hilo sin que yo haya hecho nada por recordárselo.
“Lo del búnker, estábamos en lo del bunker, sí, salí fuera y tenía a escasos metros los soldados nacionales. – ¡Que salgan todos!- ordenó el mando de los nacionales al ver que mis compañeros continuaban en el bunker. Los pobres estaban aterrados. Yo también. Ese día pensé que no salía vivo de allí. Me lanzaron una granada que pasó muy cerca. Pero tuve suerte y seguí vivo”
Por mi cabeza pasó la idea de preguntarle por los compañeros del búnker, pero no quise distraerle ni incidir en nada si él no lo comentaba.
“Mas adelante pude reunirme con republicanos en retirada, porque la Artillería de los nacionales nos obligaba. Nos agrupamos y yo era el único mando del grupo. Esa noche tuve un incidente que me marcó para siempre. Sucedió a la hora de asignar los centinelas que cubrirían la noche para avisar si merodeaba el enemigo.
-Tú harás la primera guardia, le dije a un soldado. Se negó, justificó que tenía mucho miedo.
Todos teníamos miedo, pero era la guerra, y si perdía la autoridad, en tales circunstancias, todo se perdería.
Desenfundé la pistola y le apunté a la cabeza.
-¡Si no lo haces te pego un tiro! – amenacé.
- Mátame.
No tuve valor, en ese momento supe que yo no servía para matar. Su turno de imaginaria lo tuve que hacer yo.”


CONTINUARÁ.